Orientaciones para familias de niños/as con diagnóstico TEA
Trastornos del Espectro Autista, características y apoyos necesarios
Este documento es una guía de apoyo y orientaciones generales para enfrentar el diagnóstico de TEA en algún familiar y pretende proporcionar información que facilite su comprensión y abordaje.
El recibir el
diagnóstico de Trastorno de Espectro Autista en un familiar y principalmente en
un hijo o hija, habitualmente nos llena de preguntas, confusión, temores,
incertidumbre y sentimientos variados: pena, rabia, angustia, frustración, etc.
Dese ahí, hemos querido formular este documento, como una manera de acompañar
este proceso y entregar información que pueda servir de apoyo y guía en este
nuevo escenario familiar.
Recalcamos la
importancia de estar bien informados, para poder comprender la condición del familiar,
hijo o hija y desde ahí saber cómo apoyarlo.
Cada niño,
niña o bebé junto a su grupo familiar es un universo único y particular, por lo
que siempre se deben considerar características individuales, historias de vida
y contexto socio cultural y familiar como agentes que influyen muy
significativamente en la evolución de cada persona, pese a la presencia de
algún diagnóstico médico.
I.
Trastorno
de Espectro Autista
La mayoría de
las madres y los padres o algún familiar o amigo cercano, han notado en el
desarrollo de su hijo o hija que “algo no está bien”, ya sea en su tipo de
juego, en la forma de relacionarse con otras personas, en sus intereses o
conductas, sobre todo al compararlo con otros niños o niñas de su edad. Ser
testigos de esto es difícil, ya que sin la información necesaria nos llenamos
de dudas y angustia y se dificulta el saber a quién o cómo consultar.
Por otro lado,
en nuestra sociedad, recibimos opiniones de diversas personas que, muchas veces
con buena intención, atribuyen ciertas conductas a inmadurez, regaloneo, etc.
lo que muchas veces va nublando la apreciación objetiva del niño o niña,
generando diferentes hipótesis y ansiedades.
Al recibir el
diagnóstico, esta incertidumbre pasa, ya que podemos comenzar a ocuparnos, más
que preocuparnos sobre qué hacer, recibiendo la ayuda necesaria. Sentirse como
padre o madre molesto/a, atemorizado/a o desilusionado/a, es normal, pero
debemos visualizar que la vida no termina aquí, sino que comienza de manera
diferente.
Al empezar a
aprender sobre la condición de nuestro hijo o hija, vuelve a surgir la ilusión
y esperanza, ya que existen muchas cosas por hacer y un futuro por construir.
Centrarse en el día a día y disfrutar cada paso que se avanza, permitirá
acompañar, apoyar y acoger a este niño o niña en su camino.
1- ¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?
Trastorno de
Espectro Autista (TEA) es el término con que se conoce a un conjunto de
dificultades y alteraciones que afectan el desarrollo infantil.
El grado de
estas dificultades varía mucho de un niño o niña a otro/a, por lo que se habla
de “espectro”, existiendo niños con mayores o menores dificultades dentro de él.
El Trastorno
del Espectro Autista, actualmente engloba: Síndrome de Asperger, Autismo,
Trastorno Desintegrativo Infantil y Trastorno Generalizado del Desarrollo no Especificado,
sustituyendo a los dos últimos diagnósticos.
El concepto TEA,
trata de abarcar el conjunto de trastornos que forman el grupo total de
alteraciones, por lo que es el utilizado en la actualidad para referirnos a
todos ellos.
Lo anterior,
en ocasiones genera confusión en las personas, ya que podemos encontrar bajo el
mismo diagnóstico a niños o niñas con alto, moderado o menor grado de
funcionalidad. Es por esto, que se puede indicar el grado de severidad de
acuerdo a la ayuda que necesite para un buen funcionamiento.
2- Un niño con diagnóstico de TEA, ¿significa
que tiene autismo?
El Autismo es
una de las posibilidades dentro del abanico que existe en los TEA y es una
alteración que afecta el desarrollo del niño en la comunicación, el lenguaje,
las relaciones sociales, el juego y la capacidad para enfrentarse a cambios y
situaciones nuevas o para desarrollar comportamientos variados.
La alteración
que provoca el autismo está ubicada en el cerebro, sin embargo, aún no se ha
determinado específicamente dónde y no es posible detectar la existencia de
esta alteración desde el nacimiento.
3- ¿Qué causa el TEA?
Muchas veces
nos gustaría encontrar un por qué, pero lo cierto es que la causa específica
aún no ha sido encontrada, sin embargo, algunos estudios científicos señalan
que existe un problema en la estructura, función, tamaño y forma de algunas
partes del cerebro. También se sabe que existe un componente genético, que
unido a factores ambientales, podrían ser determinantes de la presencia de esta
condición, pero aún no se ha demostrado con exactitud. Lo que sí está claro, es
que no hay un “responsable” de lo que ocurre al niño o niña.
4- ¿El TEA es una enfermedad?, ¿Tiene cura?
Más que una
enfermedad, el TEA es una condición en el desarrollo del cerebro que afecta la
adquisición de habilidades de comunicación y socialización.
Por ahora, no
es posible señalar que esta condición desaparecerá o se curará en nuestro hijo
o hija, pero existen muchas conductas que pueden ir mejorando, sobre todo con
el apoyo profesional y familiar. A partir de esto, el TEA se puede y se debe
tratar, ya que esto lo/a ayuda a ir mejorando sus dificultades. En este
sentido, un diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno son fundamentales para
el futuro del niño/a.
Pensando por
lo tanto en que no existe cura, se deben focalizar las esperanzas y esfuerzos
en mejorar, a través del tratamiento, la situación del niño o niña, fortalecer
sus destrezas y habilidades, dándoles la mayor funcionalidad y autonomía.
Es importante
señalar que existen diferentes enfoques terapéuticos o técnicas de intervención,
que ayudarán al desarrollo del niño o niña, pero no hay hasta el momento
métodos mágicos ni curativos.
5- Características de los TEA
Un niño/a con
TEA, frecuentemente presenta las siguientes características:
Alteraciones o dificultades en su
comunicación o lenguaje:
-
Retraso o ausencia de lenguaje oral. La cantidad
de palabras que el niño o niña es capaz de utilizar para expresar lo que desea
es baja.
-
Le resulta difícil iniciar o finalizar una
conversación.
-
Utiliza palabras de forma repetitiva y/o sin
relación entre sí.
-
Está alterada la capacidad para jugar de manera
espontánea. Algunos niños o niñas no tienen desarrollada la capacidad de
imitación.
-
El juego y el lenguaje no son los esperados para
su edad.
Alteraciones o dificultades en la
interacción y las relaciones con otras personas:
-
El contacto visual suele ser limitado, así como
las expresiones faciales y los gestos.
-
La capacidad para iniciar juegos y compartir sus
intereses con otros niños, niñas y adultos es baja.
-
El tipo de juegos que prefiere puede ser extraño
o peculiar, casi siempre en solitario.
-
Las habilidades para participar en juegos de
grupos son menores que las de otros niños o niñas de la misma edad.
-
La capacidad para responder a las relaciones
sociales de forma apropiada para su edad está afectada.
Alteraciones o dificultades en el
comportamiento, los intereses y las actividades:
-
Preocupación o demasiado interés por parte de
los objetos.
-
Movimientos repetitivos de las manos o del cuerpo.
-
Necesidad de rutinas poco flexibles.
-
Restricciones en la variedad de alimentos que le
gustan, texturas que no tolera o los tipos de juegos a los que le gusta jugar.
-
Insistencia exagerada en una misma actividad.
-
La capacidad para cambiar de actividad o juego o
para aceptar los cambios en su entorno es baja.
No todos los
niños/as con diagnóstico de TEA presentan todas estas características, pero se encuentran
algunas, en mayor o menor medida. Pese a ello, es importante tener presente que
pueden amar, disfrutar, reír y ser felices.
6- ¿Cómo se diagnostica el TEA?
Habitualmente,
el primer paso para el diagnóstico, es la observación de la conducta del niño/a
en sus controles pediátricos, además del reporte que pueden realizar los padres
de aspectos que llamen su atención. Desde ahí, se realiza la derivación al
especialista, ya sea neurólogo, psiquiatra infantil, neuropsiquiatra, quien, a
su vez, se apoyará del equipo terapéutico: fonoaudiólogo/a, psicólogo/a y/o
terapeuta ocupacional, en una etapa inicial, para realizar una completa
observación y análisis clínico que permita llegar a un correcto diagnóstico.
Los
profesionales de la salud, utilizan diversas guías médicas, que les permiten
unificar criterios para realizar los diversos diagnósticos. Un ejemplo muy
utilizado en nuestro país es el DSM – 5, Manual diagnóstico y estadístico de
Trastornos Mentales, en su quinta edición, donde se señalan los criterios para
la realización de un diagnóstico de TEA.
A continuación,
se presentan de forma textual los criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista
(TEA), según el DSM-5 (APA,
2013):
A Deficiencias persistentes en la comunicación
y en la interacción social en diversos contextos, (actualmente o en los
antecedentes), manifestados por lo siguiente:
A.1 Deficiencias en la reciprocidad
socioemocional; por ejemplo:
- Acercamiento
social anormal.
- Fracaso en la conversación normal
en ambos sentidos.
- Disminución en intereses,
emociones o afectos compartidos.
- Fracaso en iniciar o responder a
interacciones sociales.
A.2 Deficiencias en las conductas comunicativas
no verbales utilizadas en la interacción social; por ejemplo:
-
Comunicación verbal y no verbal poco integrada.
- Anormalidad en el contacto visual
y del lenguaje corporal.
- Deficiencias en la comprensión y
el uso de gestos.
- Falta total de expresión facial y
de comunicación no verbal.
A.3 Déficits en el desarrollo, mantenimiento y
comprensión de relaciones; por ejemplo:
-
Dificultad para ajustar el comportamiento a diversos contextos sociales.
- Dificultades para compartir el
juego imaginativo o para hacer amigos.
- Ausencia de interés por las otras
personas.
B Patrones
restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que se
manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los
antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos).
B.1 Movimientos, uso de objetos o habla
estereotipada o repetitiva; por ejemplo:
- Estereotipias motrices simples.
- Alineación de
juguetes.
- Cambio de lugar
de los objetos.
- Ecolalia.
- Frases
idiosincráticas.
B.2 Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad
a rutinas, o patrones ritualizados de comportamiento verbal y no verbal; por
ejemplo:
- Elevada angustia ante pequeños cambios.
- Dificultades con
las transiciones.
- Patrones de
pensamiento rígidos.
- Rituales de
saludo.
- Necesidad de
seguir siempre la misma ruta o de comer los mismos alimentos cada día.
B.3 Intereses muy restrictivos y fijos que son
anormales en cuanto a su intensidad y focos de interés se refiere; por ejemplo:
- Fuerte vínculo o elevada preocupación hacia objetos inusuales.
- Intereses
excesivamente circunscritos y perseverantes.
B.4 Híper o hiporreactividad a los estímulos
sensoriales o interés inusual por los aspectos sensoriales del entorno; por
ejemplo:
- Aparente indiferencia al dolor/temperatura.
- Respuesta adversa
a sonidos y texturas específicas.
- Oler o tocar
excesivamente objetos.
- Fascinación
visual con luces o movimientos.
C. Los síntomas tienen
que manifestarse en el periodo de desarrollo temprano. No obstante, pueden no
revelarse totalmente hasta que las demandas sociales sobrepasen sus limitadas
capacidades. Estos síntomas pueden encontrarse enmascarados por estrategias
aprendidas en fases posteriores de la vida.
D. Los síntomas causan deterioro clínico
significativo en el área social, laboral o en otras importantes para el
funcionamiento habitual.
E. Las alteraciones no se explican mejor por una
discapacidad intelectual o por un retraso global del desarrollo.
Nota: A los pacientes con un
diagnóstico bien establecido según el DSM-IV de trastorno autista, enfermedad
de Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otro
modo, se les aplicará el diagnóstico de trastorno del espectro del autismo. Los
pacientes con deficiencias notables de la comunicación social, pero cuyos
síntomas no cumplen los criterios de trastorno del espectro del autismo, deben
ser evaluados para diagnosticar el trastorno de la comunicación social
(pragmática).
Especificar si:
-
Con o sin déficit intelectual acompañante.
-
Con o sin deterioro del lenguaje acompañante.
-
Asociado a una afección médica o genética, o a
un factor ambiental conocidos.
-
Asociado a otro trastorno del desarrollo
neurológico, mental o del comportamiento.
-
Con catatonía.
Niveles de gravedad del
trastorno del espectro del autismo:
Grado 1 “Necesita ayuda”:
Comunicación
Social: Sin ayuda in situ, las deficiencias en la comunicación social
causan problemas importantes. Dificultad para iniciar interacciones sociales y
ejemplos claros de respuestas atípicas o insatisfactorias a la apertura social
de otras personas. Puede parecer que tiene poco interés en las interacciones
sociales. La conversación amplia con otras personas falla y cuyos intentos de
hacer amigos son excéntricos y habitualmente sin éxito.
Comportamientos Restringidos o
Repetitivos: La inflexibilidad de comportamiento causa una interferencia
significativa con el funcionamiento en uno o más contextos. Dificultad para
alternar actividades. Los problemas de organización y de planificación dificultan
la autonomía.
Grado 2 “Necesita ayuda notable”:
Comunicación Social: Deficiencias
notables de las aptitudes de comunicación social verbal y no verbal; problemas
sociales aparentes incluso con ayuda in situ; inicio limitado de interacciones
sociales; y reducción de respuesta o respuestas no normales a la apertura
social de otras personas. Por ejemplo, una persona que emite frases sencillas,
cuya interacción se limita a intereses especiales muy concretos y que tiene una
comunicación no verbal muy excéntrica.
Comportamientos Restringidos o
Repetitivos: La inflexibilidad de comportamiento, la dificultad de hacer frente
a los cambios u otros comportamientos restringidos/ repetitivos aparecen con
frecuencia claramente al observador casual e interfieren con el funcionamiento
en diversos contextos. Ansiedad y/o dificultad para cambiar el foco de acción.
Grado 3 “Necesita ayuda muy
notable:
Comunicación Social: Las
deficiencias graves de las aptitudes de comunicación social verbal y no verbal
causan alteraciones graves del funcionamiento, inicio muy limitado de las
interacciones sociales y respuesta mínima a la apertura social de otras
personas. Por ejemplo, una persona con pocas palabras inteligibles que
raramente inicia interacción y que, cuando lo hace, realiza estrategias
inhabituales sólo para cumplir con las necesidades y únicamente responde a
aproximaciones sociales muy directas.
Comportamientos Restringidos o
Repetitivos: La inflexibilidad de comportamiento, la extrema dificultad de
hacer frente a los cambios u otros comportamientos restringidos/ repetitivos
interfieren notablemente con el funcionamiento en todos los ámbitos. Ansiedad
intensa/dificultad para cambiar el foco de acción.
No existen,
como en otras patologías, exámenes de laboratorio que permitan hacer un
diagnóstico, sin embargo, en la actualidad, hay instrumentos, basados en el
análisis de la conducta, que dan con mayor certeza información para un correcto
diagnóstico del TEA, por ejemplo, ADOS – 2, el más utilizado en la actualidad.
7- ¿Qué puedo esperar del desarrollo de mi
hijo?
En cuanto a
sus habilidades, inteligencia y conducta, los niños y niñas con TEA, al igual
que el resto de las personas, poseen distintos niveles de desarrollo.
Aproximadamente, sólo uno de cada cuatro, tienen inteligencia normal. También,
se sabe que uno de cada diez, tiene habilidades extraordinarias en temáticas
como arte, música, cálculo o memoria.
Los niños/as
con mayor desarrollo del lenguaje tienen una mejor evolución, sin embargo,
suelen tener un restringido patrón de intereses y dificultad con conceptos
abstractos.
Es importante
considerar que prácticamente todos los casos de niños/as con TEA tendrán
problemas en el colegio, por lo que requerirán apoyo de diversos especialistas.
Respecto al
aprendizaje, al igual que todas las personas, los niños y niñas con TEA pueden
aprender. Considerando posibles limitaciones en el lenguaje, desarrollo intelectual
y socialización, probablemente requerirán de más tiempo, paciencia y
profesionales que comprendan y guíen sus dificultades y necesidades de apoyo, utilizando
mejores metodologías de aprendizaje.
Es importante
mencionar que a lo largo de la vida los niños/as con TEA suelen tener etapas de
avance y estancamiento, pero finalmente, siempre logran avances.