Integración Sensorial y Juego

Integración Sensorial y Juego

Importancia del juego en las primeras etapas de nuestra vida

Claudia, Terapeuta Ocupacional con más de 15 años de experiencia en el trabajo con niños, niñas y adolescentes, nos cuenta sobre la importancia del juego como una herramienta de aprendizaje y de experiencia sensorial.

Muchas veces pensamos que el juego, con o sin uso de juguetes, las salidas al parque, plaza, las actividades de movimiento y exploración, en niños y niñas son una simple entretención, pero en realidad es la forma en la que ellos van aprendiendo y desarrollando sus habilidades psicomotoras, es decir, motrices, de lenguaje y comunicación, sociales y cognitivas. 

Estas actividades, tienen el beneficio, a diferencia de algunas tareas escolares, de contar con la motivación del niño o niña y el placer en su desarrollo. Es importante considerar que el juego constituye una de las principales ocupaciones en las primeras etapas de nuestras vidas y será la base para la adquisición de destrezas cada vez más complejas. El juego permite capturar la atención del niño o niña y mantenerlo/a en un nivel de alerta a su entorno óptimo (disponible y atento a las modificaciones del medio para dar respuesta adecuadas a ellas), de manera de que su sistema nervioso podrá establecer nuevas conexiones neuronales, cada vez más complejas, que darán lugar a nuevos conocimientos e irán conformando su base de experiencias de aprendizaje a las que podrá acudir frente a nuevos desafíos. }


¿Cómo se relaciona el juego con su integración sensorial?

La forma de relacionarse de los bebés con su entorno, desde antes de su nacimiento, es a través de sus sistemas sensoriales, mediante los cuales, experimentan placer o displacer. Desde esta perspectiva, comienzan a interesarse en lo que los rodea en la medida en que sus sistemas sensoriales les entreguen información satisfactoria, en cuanto a intensidad y características. Por ejemplo, un bebé comienza a dirigir su vista y luego a girarse al oír la voz de su madre o padre, cuando percibe esta información como placentera, a calmarse al ser abrazado o mecido, a seguir objetos brillantes o coloridos en movimiento, etc. surgiendo de este modo sus primeros movimientos voluntarios que irán fortaleciendo su musculatura, además de iniciar su relación social con quienes lo rodean. Posteriormente, pensando ya en un bebé que logra sentarse solo, al jugar con objetos móviles, intenta alcanzarlos, desarrollando su estabilidad postural y equilibrio, por otro lado, comienza a interesarse en acciones de adultos y a imitarlos, como al hacer como si hablara por teléfono, se peinara, etc. desarrollando habilidades sociales y cognitivas.


La integración sensorial, teoría desarrollada por la Dra. Jean Aires (Terapeuta Ocupacional), vino a centrar las miradas en esta forma de ver y trabajar el desarrollo en los niños y niñas, donde, si bien se reconoce un factor genético en nuestro perfil sensorial, que nos hará tener una forma particular de percibir los estímulos sensoriales del entorno, encontrando más o menos agradable o satisfactorio un determinado input sensorial, esto puede ser y es modificado por la experiencia, es decir, la estimulación, situaciones de aprendizaje y juego e interacción con el entorno físico y social, los que irán modulando el perfil sensorial de cada individuo, volviéndolo más o menos funcional al entorno. 

El juego y la experiencia sensorial irán modelando nuestra forma de percibir, procesar y responder a estímulos auditivos, visuales, táctiles, gustativos y olfativos, propioceptivos y vestibulares (de movimiento). De esta forma, los niños y niñas podrán ir, a través de la experiencia lúdica, ajustando sus respuestas y la exposición a input sensoriales variados, que les permitan mantener un nivel de alerta adecuado al entorno, así como ir desarrollando las habilidades necesarias para relacionarse eficientemente con su éste. 

Sin embargo, si el niño o niña no logra mantener un nivel de alerta adecuado o demuestra bajas estrategias de auto regulación frente a estímulos sensoriales, será necesario apoyarlo/a con un especialista, Terapeuta Ocupacional, que a través de esta forma de intervención (integración sensorial) pueda dar herramientas, a través del juego, que permitan funcionalidad, desarrollo de habilidades y destrezas y adecuada calidad de vida. 

La forma de percibir de cada niño o niña irá influyendo en sus intereses y juegos, por ejemplo, si un niño o niña percibe el movimiento como muy intenso o atemorizante, preferirá juegos estáticos, a nivel de piso, trabajando en menor medida sus habilidades motrices dinámicas. Si un niño o niña, percibe ciertos estímulos táctiles como poco agradables, los excluirá de su repertorio, teniendo menor posibilidad de relacionarse con otras personas o texturas, limitando su discriminación y manipulación.    

Es claro que todas las personas tenemos formas de percibir diferentes, algunos tomamos el café muy caliente y otros con agua fría, algunos necesitan salir a trotar a diario y otros prefieren recostarse a ver una serie, hay personas que disfrutan de un masaje suave y otras de uno intenso… y como adultos, buscamos estrategias que nos permitan auto regularnos para un buen funcionamiento, sin embargo, cuando nuestra forma de percibir cierta estimulación afecta el desempeño diario y la calidad de vida, hablamos de disfunción, lo que en el caso de los niños se evidencia como dificultades en la adquisición de habilidades en las distintas áreas de su desarrollo o en las respuestas que entrega frente a diversos estímulos, como alimentos, vestuario, actividades de higiene y juego. 

Es fundamental, tener presente que, como padres y madres, desde el hogar, debemos fomentar instancias de juego variado de forma cotidiana, solitario y acompañado, con y sin juguetes, en casa, plaza o parque, que permitan a los niños y niñas ir adquiriendo experiencias de aprendizaje diversas y nutriendo su sistema nervioso de experiencias sensoriales diferentes, que los/las ayuden a lograr su auto regulación. Por otro lado, en caso de observar que no logran realizar los ajustes necesarios para responder a demandas presentadas, experimentan temor, incomodidad o inseguridad que afectan su desempeño, debemos consultar con un especialista que les proporcione mayores herramientas.